Mastectomía bilateral, también conocida como la operación para quitarte las tetas (II)

En la entrada anterior estaba yo saliendo de la consulta de la anestesista (o anestesióloga, no sé como se dice), y me he dado cuenta de que olvidé una parte importante. Como ya comenté, en un momento dado, mi habitación se llenó de médicos (y estudiantes) que venían a ver a mi compañero de habitación, momento en el que yo salí corriendo y aproveché para afeitarme el pecho. Cuando salí, me senté un rato a hacer sudokus (las mañanas sin hacer nada en un hospital, cuando uno está sano, dan tiempo para hacer muchas cosas), y mi compañero de habitación empezó a maldecir, en español, a través de la cortina separadora, que estaba echada. «Hijos de puta», decía, «uno trabajando y 20 mirando, así va España», añadía, «mucho bla, bla, bla, y ninguno sabe», «cabrones», hijos de puta…» y así, hasta que finalmente acabamos trabando conversación, porque, evidentemente ese día tenía ganas de hablar (hasta entonces no se había dirigido a mí ni una vez en 20 horas), y yo también. Muy pronto entendí dos cosas: que tenía motivos para estar indignado, y que yo nunca me voy a hacer una faloplastia. Resulta que este hombre trabajaba en la obra y debido a un accidente laboral se partió la pierna en 2007. Primero le enderezaron el hueso y le pusieron una escayola, pero no se quedó bien. Luego le hicieron injertos de hueso, tomando trozos de hueso de la cadera y poniéndoselo en la pierna, pero seguía sin soldar. Después, el músculo se le empezó a consumir, hasta que la piel le quedó totalmente pegada al hueso… Un horror. En otra época, o en otro país, le habrían tenido que cortar la pierna y ya está, pero hoy en día la medicina avanza que es una barbaridad, y en lugar de eso, le cogieron un trozo de músculo de la pierna («un filete» según el médico. La mujer de este señor decía que aquello parecía que le habían puesto una pechuga de pollo ahí pegada en la pierna), se lo conectaron a los vasos sanguineos que ya tenía, y se lo agarraron todo con una especie de torno metálico para que no se le moviese la pierna, a ver si mientras tanto se le iba pegando. «¡Eso es lo que hacen en las operaciones de faloplastia!», pensé para mí. Cogen un trozo de músculo (a veces de la pierna, a veces del abdomen), una vena y una arteria, un trozo de piel (generalmente del antebrazo, aunque algunos cirujanos lo toman de otros sitios), y lo cosen todo a ver si se pega. Pero el relato de mi compañero no acababa ahí. Resulta que desde su cama se veía perfectamente el paso de los cadáveres a la morgue. El día de antes de que le operasen, habían pasado 23. Al día siguiente lo metieron en el quirófano y estuvo ahí durante 13 horas. Durante todo ese tiempo, su mujer le esperó en la habitación. Nadie le dio información de si él estaba bien o estaba mal, y la pobre se quería morir de la desesperación. De eso ya había pasado una semana, y esa mañana, cuando entró la legión de médicos a verle la pierna él les dijo «la pierna está fatal». Le destaparon la herida, y cada uno dio su opinión, que, al parecer, no se correspondía con lo que el cirujano que le operó le había contado. Lo peor es que la pierna estaba fatal de verdad. Tras preguntarme si quería verla, se levantó la sábana, y me mostró una pierna inflamadísima, completamente roja de sangre acumulada bajo la piel, que eso parecía cualquier cosa menos una pierna. Y en el muslo, una cicatriz cerrada con grapas, de un palmo de longitud. No me extraña que el pobre estuviese indignado, enfadado y desesperado. Luego su médico llegó, le tranquilizó, y respondió a todas sus preguntas, dejándolo un poco más calmado. A mí esa visión de la pierna con su filete injertado, ahí, toda ensangrentada, y el comentario del médico «cuando te lleven en camilla o te muevan la pierna para hacerte la radiografía, tú di que lo hagan muy despacio, a cámara lenta, a ver si se va a despegar el filete»… ¡Dejar que me hagan eso a mí, y en una zona tan delicada! ¡Ni de coña! Después me fui a la anestesista, y cuando volví, abrí la puerta y me encontré a dos enfermeras curándole la pierna al pobre hombre. Una visión espantosa, de la herida de la pierna espachurrada por abajo con el torno, con los bordes abiertos por arriba como si fuesen los labios de una boca gigante, probablemente para dejar salir la sangre y todos los fluidos que el cuerpo supura en estos casos. Cerré la puerta inmediatamente y corrí a la habitación 130 a refugiarme con el otro chico que se iba a operar de mastectomía. Leímos juntos el consentimiento informado de la anestesia (tres folios), volví a mi habitación, abrí la puerta, y me encontré de nuevo con la misma imagen horrible. Cerré corriendo y me refugié de nuevo en la habitación 130. Llegó la madre del otro muchacho, que me estuvo contando de la lucha que ha tenido para que se respete la identidad de género de su hijo. Volví a mi habitación, abrí la puerta con precaución esta vez, y ahí seguían liadas las dos enfermeras (¿es que no iban a terminar nunca?), regresé corriendo a la otra habitación, y ya no me volví a ir hasta la hora que empezaron a llevar la comida, cuando, por fin, la pierna de mi compañero de habitación ya debía estar en perfecto estado de revista, convenientemente envuelta en gasas y vendas. Aún así, cada día, por la mañana, cuando le cambiaban las sábana, yo veía se salían completamente manchadas de la supuración de la pierna.

No me hago una faloplastia ni de coña, al menos con la información que tengo. Una de las cosas que me fastidian de las personas trans que se operan, es que no hablan del dolor, ni de las complicaciones, ni de nada. Cuando las ves en uno de esos documentales, explican con una mirada beatífica lo felices que están de haberse operado. Como el reportaje que vi una vez, en que el Dr. Mañero operaba a un chico trans, y cuando le preguntaban que qué tal, él, con los ojos brillantes y su brazo en cabestrillo, respondía que estaba muy contento con lo que le había hecho el doctor. O una entrevista a Balian Buschbaum, en la que cuando le preguntaban por este tema venía a decir algo así como «me desperté junto a la gente a la que quiero y una estupenda erección ¿se puede pedir más?» (en aquel momento no se me ocurrió guardar el enlace a la entrevista, pero me parece un poco raro que se despertara junto a alguien conocido. Yo, siempre que me he operado, me he despertado junto a una enfermera que trataba de hacerme reaccionar de manera más o menos enérgica, y con bastante malestar, como si me hubiese tirado toda la noche de juerga). Vale, cada uno, cuando le preguntan, habla de lo que quiere, y supongo que en la tele no vas a decir «estuve meando a través de un tubo que me salía de la parte del cuerpo tal, mientras se curaba la estensión de la uretra», pero estaría bien que sí pusiesen la información en algún sitio, digo yo, aunque fuese de forma anónima. En plan «llevo dos semanas sin poder mover el brazo por culpa del trozo de piel que me arrancaron, y ahora que me está empezando a crecer de nuevo, pica un montón». No sé, algo así.

Volviendo al tema, la tarde transcurrió tranquilamente, y todavía no sabía a qué hora me iba a operar. «Cuando venga la enfermera a ponerte el cartel de ‘en ayunas’, ya te lo dirá», me decían las enfermeras que se pasaban por la habitación. «Aquí nadie dice nada», opinaba la mujer de mi compañero de habitación, que ya se podría decir que era bastante veterana.

Gremlin en ayunas a partir de las 12 de la noche

Gremlin en ayunas a partir de las 12 de la noche

Un poco antes de la cena (sobre las 8 de la tarde), una enfermera jovencita vino a ponerme el cartel de «en ayunas».

– Puedes comer hasta las 12 – me explicó – pero después ya no puedes comer más, ni beber agua.

– ¡Como los gremnlins! – le dije yo.

– ¿Qué? – respondió la enfermera, que no tenía ni puñetera idea de lo que estaba diciéndole.

Le expliqué que los gremnlins eran unos bichos de una película que no se pueden mojar, ni comer después de las 12 de la noche, ella me siguió la corriente como a los locos, y continuó con su trabajo, muy profesional. En esos momentos, uno descubre que está empezando a envejecer, y que ya hay gente con edad suficiente para desconocerlo todo de las películas que marcaron a toda su generación, y que al mismo tiempo tienen edad suficiente para ejercer profesiones de responsabilidad como la enfermería. Ay. Y cada día tengo más canas.

Volví a tratar de enterarme de a qué hora me operaba. La enfermera me explicó que sería el segundo en entrar al quirófano… es decir, que me operarían cuando acabasen con el primero. Una explicación aplastántemente lógica, pero completamente inútil a efectos de saber a qué hora tenían que llegar mis padres. Como el horario de una tienda que había cerca de mi casa que decía «abrimos cuando llegamos, y cerramos cuando nos vamos».

Aún así, supuse que antes que yo, entraría el otro chico. O sea, que yo entraría en quirófano sobre las 11:30, y mis padres tendrían tiempo de llegar sobradamente. Les llamé y se lo dije. Luego fui a la otra habitación a comentarlo con él, que me dio otra información distinta: él iba a entrar el tercero en el quirófano, es decir que yo iba delante, y sería el que entraría sobre las 9:15. Así que volví a llamar a mis padres, y nos dimos cuenta de que sería muy difícil de que llegasen a tiempo para estar antes de que entrase al quirófano. Claro que tampoco tenía mucha importancia. Bueno, a nivel sentimental, un poco de importancia sí que tenía, pero vamos tampoco es que se fuese a hundir el mundo ni nada de eso.

Antes de irme a dormir, sobre las 23:30, pasaron las enfermeras ofreciendo un poco de leche, infusiones y cosas así (lo hacían todas las noches), y de paso las medicinas que correspondiesen a cada cual. A mí la anestesista me había recetado omeprazol (para la úlcera, que últimamente me está molestando un poco, y especialmente cuando tengo el estómago muy vacío) y un diazepan para que durmiese más tranquilo. Yo nunca había tomado diazepan, y la verdad es que sí estaba un poco nervioso. La pastillita no me dejó grogui como yo pensaba, pero sí que me ayudó para dormir bien.

(Y en la próxima entrega… la operación por fin ¿Llegarán mis padres a tiempo? ¿Me convertiré en gremnlin malvado? ¿Aprenderé a resumir un poquito más y no enrollarme como una persiana? La respuesta, en el próximo capítulo de «como me operé de las tetas»).

 

5 comentarios

Archivado bajo Médicos

5 Respuestas a “Mastectomía bilateral, también conocida como la operación para quitarte las tetas (II)

  1. Federico

    Entiendo que este es tu blog y escribes lo que quieres, pero no le veo ningún sentido a escribir una entrada que en principio es sobre la mastectomía y terminar contando la experiencia de tu compañero de habitación con todo detalle para extrapolarla a la faloplastia así por las buenas, como si tuviera lógica y todo. En realidad que escribas sobre ese hombre es lo de menos, es la comparación que haces entre su pierna y la faloplastia lo que no tiene sentido. Y lo que más me molesta es que más de uno va a leer todo eso y va a pensar que las faloplastias siguen haciéndose como hace 70 años y que están destinadas a fallar. La faloplastia es algo mucho más complejo que «coserlo a ver si se pega», no me parece lo más apropiado describirla así.
    Y los reportajes y entrevistas no son la mejor fuente de información. En internet hay gente hablando de su recuperación, yo he visto decenas de resultados de hombres dispuestos a resolver cualquier duda, he leído sobre la rehabilitación que hay que hacer a veces para el brazo, sobre el catéter que te ponen, etc. Nadie suele hablar abiertamente del tema (supongo que en parte debido a la mala reputación que tiene la faloplastia en internet y el poco respeto que tienen algunos al hablar de la intervención y los resultados), pero información en general hay suficiente, y en grupos privados sobre las cirugías sí que se habla de ello, de lo positivo y lo negativo. Si sabes inglés (que por lo que he leído en otras entradas, parece que sí) no es nada complicado encontrar toda esa información.

    • Hombre, el principal sentido de escribir esto, para mí, es compartir las cosas que he ido pensando estos días (además, así me servirá en el futuro para acordarme, que luego me olvido de muchísimas cosas). Sí, a veces lo que pienso son chorradas, no te lo voy a discutir, pero hasta las chorradas tienen su importancia ¿Qué conclusión se puede sacar de todo esto? Leyendo lo que has escrito, la conclusión es que escribo desde la ignorancia, y, sin embargo, yo dispongo de muchas más posibilidades de informarme que otras personas, aunque sólo sea porque hablo inglés. Así que imagínate como estarán los que tengan menos posibilidades que yo, y, sin embargo, sí que sientan la necesidad de operarse a cualquier precio, y bajo cualquier riesgo.

      Falta información, y falta la costumbre de dar buena información. Por ejemplo, tú mismo, dices que hay muchos recursos, pero no pones enlaces que puedan servir, al menos, para iniciar una búsqueda. Si lo hubieses hecho, tal vez alguien se hubiese beneficiado de ellos (yo mismo ^_^), y de paso habría supuesto la diferencia entre una crítica, y una crítica constructiva. Todavía estás a tiempo.

      De todos modos, para ser justos, los responsables de dar esta información no somos nosotros, ni los que hacen entrevistas o reportajes (tanto reporteros, como entrevistados), sino los cirujanos, especialmente aquellos que trabajan en los hospitales públicos (además, informarse a través de algunos cirujanos privados, como el Dr. Mañero, es como intentar informarse sobre los implantes dentales viendo anuncios de Vitaldent). Sin embargo no parece que estos cirujanos opinen que ofrecernos suficiente información de cara a poder decidir sea trabajo suyo. O a lo mejor es que tampoco saben hacer muy bien ese tipo de operaciones y les da vergüenza que se les note.

      • Federico

        Ya dije que es tu blog y escribes lo que quieres, en eso no me meto (a quien no le gusten tus entradas que no las lea, no?), es la comparación entre la pierna y la faloplastia la que me parece problemática, por cómo has escrito todo más que por la comparación en sí. Son intervenciones con cosas en común, ves que una puede salir mal y te pones a pensar en la otra, eso tiene sentido. Pero por cómo lo escribiste da la impresión de que son lo mismo y que la faloplastia es coger tejido y coserlo a ver si se pega, cuando en realidad es mucho más complicado. Alguien que sabe del procedimiento lo leerá y se dará cuenta de que es una forma de hablar muy simplificada, pero uno que no sepa nada de la faloplastia sí que puede terminar pensando que es tal y como la describes. Mucha gente la descarta como opción desde el principio por eso, porque encuentran información que no es del todo correcta y que les da a entender que no sirve para nada, o que la cirugía no ha avanzado nada en todos estos años (yo mismo hace no tanto tiempo lo veía una locura y ahora es una opción que considero). Ya de por sí hay poca información disponible en español, por eso creo que al hablar de la faloplastia habría que hacerlo de la forma más precisa posible.
        No digo que escribas desde la ignorancia, no sé de qué información dispones, sólo decía que tu forma de hablar de la faloplastia no me parece la más correcta, más que nada porque otros lo van a leer y pueden terminar con ideas erróneas sobre la operación.

        Tienes razón, debería haber dejado algún enlace, estos son algunos que me han sido útiles:
        -Grupos para hablar de las cirugías con gente que ya se ha operado y gente que piensa hacerlo (son privados, necesitas cuenta de Yahoo y que te acepten al unirte):
        http://groups.yahoo.com/group/TheDecidingLine/
        http://groups.yahoo.com/group/ftmsurgeryinfo/
        http://groups.yahoo.com/group/ftmphalloplastyinfo/
        -Explicación de las distintas etapas de la faloplastia (y vídeo):
        http://www.savaperovic.com/ftm-srs-metoidioplasty-total-phalloplasty.htm
        -Otra explicación:
        http://www.genitalsurgerybelgrade.com/ftm_surgery_detail.php?Phalloplasty-2
        -Entrevista en la que el hombre habla de la intervención y la recuperación, entre otras cosas:
        http://ftminfo.org/medical/interview-journey-to-phalloplasty/
        -Información en general:
        http://www.ftmguide.org/grs.html
        -Más recursos:
        http://www.phallo.net/resources/

        Esos son los que recuerdo ahora mismo.
        Como ves, son todos en inglés. En español no hay mucha información, y como has comentado, los cirujanos españoles no parece que tengan intención de hacer la información disponible para todos. Supongo que la única forma de informarse es contactar con ellos directamente.
        Si lo que quieres es saber de las experiencias personales de hombres que se han operado, saber cómo es el postoperatorio y demás, en los grupos privados es donde vas a encontrarlo, porque entre unas cosas y otras, nadie habla públicamente de ello.

      • Hola Federico:

        Muchas gracias por los links, los iré mirando poco a poco, aunque algunos ya los conocía. Te dejo también este (no sé si el enlace se verá bien) Hung Jury: Testimonies of Genital Surgery by Transsexual Men. Es un libro en el que cuenta experiencias de hombres trans que se han operado. No lo he leido, así que no sé como estará… Y si lo compras desde este enlace, me llevo una pequeña comisión, je, je, je…

        Cito la parte «clave» de tu comentario:

        Pero por cómo lo escribiste da la impresión de que son lo mismo y que la faloplastia es coger tejido y coserlo a ver si se pega, cuando en realidad es mucho más complicado.

        Tanto una operación como la otra son bastante complicadas, y lo peor es que la de mi compañero de habitación no salió mal: salió bien. Y si la faloplastia es algo más complicado, que lo es… peor me lo pones. Hablar sobre operaciones, que la gente te cuente cosas, o ver un reportaje, es una cosa, pero soportarlo sobre tu cuerpo (o verlo soportar sobre el cuerpo de otro), es una cosa totalmente distinta.

        El problema de hablar sobre estos temas es que levantan reacciones muy fuertes. Hay quien opina que operarse está fatal (un amigo de Facebook me comentó que a él le han insultado por decir que se quería reasignar :S). Hay quien opina que no operarse es una aberración, también con un discurso bastante lleno de desprecio. Parece ser que a la gente le molesta que los demás no hagan lo mismo que hacen ellos. También hablar en un tono u otro, con unas expresiones u otras (por ejemplo, usar las palabras «reasignación de sexo» en lugar de «reconstrucción genital») pueden hacer que surjan críticas airadas entre los oyentes/lectores. Usar el masculino neutro como estoy haciendo yo ahora, en lugar de la «x», puede hacer que surjan críticas terribles… ¿Y al final qué pasa? Que nadie habla de nada.

        Si yo hubiese hablado de la faloplastia, porque no lo iba a hacer de la manera más precisa posible, esta conversación no habría tenido lugar (y yo creo que es un buen intercambio de opiniones, que también puede servir a otras personas, o puede hacer que otros se animen también a opinar). En el momento de escribir la entrada pensé si sería conveniente tocar el tema, o si mejor me callaba y me lo guardaba para mí, precisamente porque no estaba hablando con conocimiento de causa, ni en términos correctos, y ni siquiera estaba seguro de que la comparación fuese adecuada, y probablemente alguien diría que soy un burrimastuerzo (no digo que tú lo hayas hecho, estaba pensando en una persona que conozco, a la que no le caigo muy bien, pero, inexplicablemente, lee todo lo que escribo). Pero luego pensé que teniendo en cuenta que la primera causa de la desinformación que existe sobre el tema es el silencio que hay alrededor, mejor me animaba a decir lo que estaba pensando, y si alguien tenía algo que comentar ¡¡Mejor todavía!!

        ¡Un saludo!

  2. Federico

    Había oído hablar de ese libro cuando salió, ya no me acordaba de él, y me gustaría leerlo algún día pero de momento no tengo pensado comprarlo. De todas formas si me diera por comprarlo usaría tu enlace. Parece ser que está bastante bien por lo que dicen.

    Las dos operaciones son complicadas, pero aún así no creo que sean comparables y por eso mismo de que son complicadas me pareció problemática la forma de describirlas. Porque alguien que vaya a someterse a la misma operación que ese hombre no va a terminar en tu blog buscando información, pero cualquiera que busque información sobre la faloplastia va a terminar antes o después en esta entrada (buscas «faloplastia ftm» en google y sale en la 3ª página). Y ya sé que hablas de tu opinión y que no pretendes desinformar ni nada por el estilo, pero tal y como está escrita la entrada más de uno va a pensar que la descripción es correcta y adecuada. Y lo malo no es sólo que uno lo lea y se vaya con una idea equivocada de lo que es la faloplastia, sino que luego esa información se extiende y la gente da por hecho que es cierto. Igual que la idea de que con la faloplastia pierdes toda la sensibilidad por norma general, nadie sabe muy bien de dónde ha salido esa información, pero hoy en día mucha gente cree que eso es cierto cuando realmente no lo es.

    Pero vuelvo a lo mismo, son operaciones distintas y no las veo comparables. Ya de por sí no es bueno generalizar a partir de un caso concreto cuando hablas de una operación, como para generalizar a partir de un caso que encima es de una operación distinta. Yo al informarme sobre las cirugías, no sólo esta, me gusta saber qué puede salir mal, qué es lo peor que puede pasar, cómo puede llegar a ser el postoperatorio, etc., pero es importante conocer el aspecto positivo también y ver el conjunto, qué probabilidades hay de complicaciones y demás, y no sacar conclusiones generales a partir de un caso particular, por mucho que te haya impactado ese caso.

    Es como quienes no viajan en avión por si se estrella, su decisión me parece respetable, son conscientes de que un avión se puede estrellar y que les puede tocar a ellos, por poco probable que sea. Pero si alguien describiera los aviones como si la tecnología no hubiera avanzado y estuviéramos prácticamente en la época de los hermanos Wright, entonces por muy respetable que me pareciera su opinión me iba a mosquear un poco. Sobre todo si ya de por sí hubiera poca información sobre los aviones y hubiera muchas ideas equivocadas al respecto.

    Parte de la causa de la desinformación es el silencio, como has comentado, pero combatir la desinformación con más desinformación es casi que peor que no hablar. Entiendo que tu idea no era desinformar, pero tienes un blog bastante conocido y, como ya he dicho, no es nada difícil que alguien llegue aquí y saque conclusiones equivocadas sobre la faloplastia.
    Porque lo que veo es que la información objetiva se mezcla con las opiniones, hay gente que en principio sabe del tema y un día los ves diciendo algo que no es cierto en absoluto, hay otros que directamente no tienen ni idea pero hablan como si supieran y la gente les toma en serio… Al final no se sabe qué es cierto y qué no, qué es objetivo y qué es subjetivo, y por si fuera poco te encuentras con que los cirujanos tampoco aportan suficiente información al público. Y creo que todos somos un poco responsables de esa desinformación y confusión que existe porque no siempre hablamos sobre la faloplastia de la mejor forma. Cuando lo hacemos deberíamos pensar en quién nos está escuchando y cómo va a entender lo que decimos.

    Un saludo.

Deja un comentario